Editorial

Los biocombustibles una oportunidad que no puede convertirse en competencia para la producción de alimentos

Los biocombustibles son una alternativa viable para disminuir la problemática ambiental ligada al uso de combustibles fósiles, pero solo constituyen una solución parcial al problema. El consumo energético es tan alto, particularmente en los países denominados desarrollados, que los mejores estimativos de producción de biocombustibles solo sustituirían entre el 15 y 20% de la demanda energética actual.

Es indispensable incrementar la producción y uso de vehículos que funcionen con energía eléctrica y disminuir el consumo energético mundial. Hay que cuantificar el consumo de energía requerido para la producción de energías alternativas; criterio que debe ser estratégico en la toma de decisiones.

Colombia y en particular la Orinoquia tienen una oportunidad en el marco de la producción de biocombustibles. La condición ecuatorial ofrece la ventaja de hacer un uso eficiente de la energía solar y convertirla en biomasa destinada a la producción de biocombustibles. Ello no significa que el modelo deba estar basado en la simplificación de los sistemas productivos, la predominancia de grandes extensiones de monocultivos y la perdida de la diversidad biológica, el deterioro de los balances hidrológicos y la capacidad de los sistemas naturales para suplir la demanda de nuevos cultivos.

El incremento del área destinada a la producción de biomasa con destino a los biocombustibles, debería incluir el uso de los recursos en sistemas integrados de producción. Ello significa que el uso del cogollo de la caña de azúcar hace posible la alimentación animal, la hoja de yuca puede ser fuente de proteína en alimentación de porcinos y bovinos, los subproductos de la extracción de aceite de palma son fuente de alimento y las excretas de los animales un recurso estratégico para mantener y mejorar la fertilidad del suelo. Concebir sistemas productivos para la producción de biocombustibles de alta dependencia de insumos externos al sistema, son una contradicción desde el punto de la eficiencia de uso de la energía, y pueden llegar a ser, de alto costo energético cuando se cuantifica la energía producida y su relación con la energía utilizada durante el proceso productivo, incluyendo los procesos de transformación para obtener el producto final.

De ser necesario, Colombia debería prohibir cualquier intento de uso de los cereales en la producción de biocombustibles y privilegiar el uso del suelo para la producción de alimentos, los sistemas integrados que generen alimentos para la población y tengan la opción de producir recursos básicos para la producción de biocombustibles. Un país con las condiciones sociales y económicas como Colombia, con la mayoría de su población en condiciones de pobreza, debe hacer uso del potencial que tiene para la producción de biocombustibles, entendiendo que la mayor energía debería estar orientada a solucionar la pobreza.

Álvaro Ocampo Duran

Profesor Investigador Universidad de los Llanos